miércoles, 9 de enero de 2008

MINGA Humedales - Entre la vida y la muerte

LAGUNA LAS TRES PASCUALAS
Un importante cuerpo de agua de la comuna de Concepción que sin duda debe ser considerado en la celebración del Día Mundial de los Humedales, que se conmemora en todo el mundo el próximo 2 de febrero.
A menos de 10 minutos de la Plaza de Armas de Concepción, se encuentra la laguna Las Tres Pascualas, que posee una superficie de 58.950 m2 y una profundidad máxima de 8.2 m. Sin duda un gran privilegio natural en medio de una efervescente comuna de más de 200 mil habitantes, que además alberga en sus aguas parte importante de la identidad local, por las numerosas historias que encierra. Una de ellas es la leyenda Las Tres Pascualas, recogida por el investigador chileno Oreste Plath en su libro “Geografía del mito y la leyenda chilenos”.

Es una historia que entremezcla amor y muerte, que ha vuelto a renacer. “Las Tres Pascualas” están nuevamente recorriendo nuestra zona encarnadas en la obra del mismo nombre, a cargo del Taller de Danza del Centro Artístico Comunal de Concepción. Montaje que durante el verano se presentará en varias ciudades de la región, entre ellas San Carlos, Curanilahue, Los Ángeles y Chillán. Se trata de un trabajo coreográfico itinerante, financiado con Fondos Concursables para las Escuelas Artísticas 2007, que está bajo la dirección general de la profesora de danza Juanita Toro. Como parte de las presentaciones el pasado sábado 5 de enero en el Anfiteatro de San Pedro de la Paz, nuevamente las tres jóvenes llamadas Pascualas volvieron a morir por amor, pero esta vez junto a las aguas de la Laguna Grande.


Y para quienes quieran adentrase más en la historia de este cautivante cuerpo de agua, los invitamos a leer el libro “Las Tres Pascualas, patrimonio natural y cultural de Concepción”, escrito el 2005 por Armando Cartes Montory, académico que preside la Sociedad de Historia de Concepción. La obra se sumerge en la historia para presentar distintas visiones, muchas de ellas desconocidas y además viajar desde la formación de la ciudad hasta la instalación de la Universidad de San Sebastián junta a la laguna, que sin duda cambio radicalmente su imagen. En palabras de Armando Cartes Montory: “para celebrar el renacimiento de Las Tres Pascualas, que una vez vio a Pedro de Valdivia acampar en sus cercanías, he escrito estas modestas líneas. Para animar a quienes sueñan, pero también trabajan por la recuperación del patrimonio natural de nuestra ciudad. Que el ejemplo de esta laguna, ayer una herida abierta y hoy joya natural de Concepción, nos anime a todos” (1).

No obstante lo anterior, la laguna Las Tres Pascualas no está completamente sana, pues permanentemente debe enfrentar la afloración de plantas llamadas Jacinto acuático que la cubren casi completamente. Es su constante lucha entre la vida y la muerte, producto de la presencia de agentes contaminantes derivados de la actividad humana como aguas servidas o los sedimentos que por años se han depositado en su fondo, que provocan su eutrofización. Proceso que en el caso de un cuerpo de agua cerrado, como es una laguna, puede terminar por destruirla y convertirla en tierra firme. Esto ocurre porque los nutrientes que ingresan masivamente al sistema generan el surgimiento de nuevos organismos que al morir se depositan en el fondo. Esta acumulación de materia orgánica termina por convertir al cuerpo de agua en un pantano y, posteriormente, en un lugar seco. Situación que ocurriría con las Tres Pascualas si no se extrajeran grandes cantidades de plantas acuáticas que cada cierto tiempo la esconden bajo una densa capa verde.

Rescatar la identidad de nuestra ciudad, albergada en lagunas y humedales, es el desafío para este 2 de febrero, fecha en que se celebra el Día Mundial de los Humedales. Y una forma de concretarlo es recorrerlos, revivir sus leyendas y principalmente visibilizarlos como espacios de recreación, de encuentro y de calidad de vida.


Leyenda Las Tres Pascualas:

“Al final del siglo XVIII, tres muchachas llamadas Pascuala iban a lavar ropa a una laguna, como en aquellos tiempos lo hacían casi todas las mujeres pobres de la ciudad. Era realmente un espectáculo pintoresco y lleno de vida el que ofrecían esas hileras de mujeres que en la mañana y en la tarde iban a lavar a la laguna. Cuando llegaba la tarde, o mejor dicho a la oración, emprendían el camino de regreso a sus hogares. La mayoría eran lavanderas de profesión, como las tres Pascualas… Una tarde, cuando otras compañeras llegaron hasta la laguna, encontraron flotando los cadáveres de las tres Pascualas. ¿Cuál fue la causa de esta desgracia? … Un día llegó hasta la casa de las tres muchachas un forastero en demanda de hospedaje, el que fue acogido gustoso por el padre de las jóvenes. Todos los días al morir la tarde, regresaba hasta la casa el solitario forastero y miraba a las Pascualas que volvían cantando, al aire sus trenzas rubias y su atado de ropa sobre la cabeza. El joven se enamoró de las tres hermosas muchachas y cada una, en secreto, le correspondió su amor. No sabiendo a cuál de ellas elegir como su esposa, en la noche de San Juan les dio cita a las tres en la orilla de la laguna. A las doce de la noche el forastero remaba, pero desesperado al ver reflejarse en las plateadas aguas a las tres Pascualas, comenzó a llamar: ¡Pascuala...! ¡Pascuala...! ¡Pascuala...! Las tres al sentir su nombre se creyeron elegidas y comenzaron a entrar en las traicioneras aguas. Desde entonces, en las hermosas y encantadas noches de San Juan, a las doce, se ve un bote y entre el croar de las ranas surge una voz que llama desesperadamente a las mozas” (2).

Fuentes:
(1) Witker, A. 2006. Regresan “Las tres Pascualas”. El Sur, jueves 20 de abril de 2006
(2) Plath, O. 2002. Geografía del mito y la leyenda chilenos. Editorial GrijalboColección Biblioteca. Santiago de Chile, séptima edición, julio de 2002


Elaborado por:
Helen Urra Parra
Concepción, 9 enero 2007

No hay comentarios.: